Las empresas destinan gran cantidad de recursos al proceso y adecuada selección de sus trabajadores, pero, la gran mayoría, a menudo descuidan la comunicación con los candidatos no escogidos en los procesos de selección.
En mi opinión, este es un grave error por varios motivos:
- Causa en el candidato no seleccionado una visión negativa de la empresa. Puede que la empresa necesite de esa persona en otro momento y ésta sea reticente a trabajar o colaborar con la organización.
- Si comparte su mala experiencia en redes sociales o en foros dañará la imagen del departamento de recursos humanos de la empresa y posiblemente la marca.
- Si era cliente, o se plantease serlo en un futuro, se resistirá más a comprar los productos o servicios.
- Pone en cuestión la seriedad y profesionalidad de la organización en otros ámbitos de actuación, sobre todo cuando se ha prometido al candidato que se le daría una respuesta.
- Dice poco de la Responsabilidad Social Corporativa de la compañía. Normalmente los candidatos ponen muchos sentimientos, esfuerzos y expectativas en superar los procesos de selección y las entrevistas, y la peor respuesta suele ser, precisamente, no recibir respuesta.
En otras ocasiones, lo que suele
fallar es el canal de comunicación a través del que se realizan las
comunicaciones o el excesivo tiempo que demora la respuesta.
Ya que las organizaciones también
destinan grandes cantidades de recursos a campañas de imagen corporativa, no
estaría de más preocuparse por este punto de interacción con su entorno.
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